jueves, 9 de agosto de 2012

Rebeldes y confundidos


Gabi on the roof in july este fin de semana en el Centro Cultural General San Martín.

Txt Casandra Scaroni

La segunda película del director  Lawrence Michael Levine , estrenada en el Bafici del 2011 y que ahora se puede ver en el Centro Cultural General San Martín, se suma a esa corriente de películas americanas de bajo presupuesto y personajes un poco errantes a la que se conoce como mumblecore (de mumble, balbucear o hablar para adentro), dentro de la que se encuentran directores como los hermanos Safdi (Go get some Rosemary, Daddy Longlegs; The pleasure of being robbed) y Andrew Bujalsky ( Funny haha; Beeswax).

Aunque si de encasillar se trata también se puede decir que Gabi on the roof in july, más allá de la autoconciencia de la que el director se hace cargo cuando declara en entrevistas que admira a Cassavetes y las actuaciones de las películas del británico Mike Leigh, tiene mucho de new yorker, y de esa coolidad que les sienta tan bien (o tan mal, queda a criterio de cada uno). Acá, al igual que en Girls (serie producida por Judd Apatow y dirigida por Lena Dunham), donde todo gira en torno a tratar de sobrevivir en la ciudad, pagar el alquiler sin hacer demasiado esfuerzo y lidiar con angustias y melancolías varias, (que pueden ir desde pelearse con la mejor amiga hasta saber si dejar o no un chico al que se ve ocasionalmente) los protagonistas son chicos de veintitantos que pertenecen al mundillo del arte y que se debaten constantemente sobre como pararse frente al mundo adulto.

La Gabi del título llega al comienzo de la película a pasar el verano (o july) , al departamento newyorkino de su hermano mayor (Sam), donde vive en compañía de su novia y de un hámster, y desbarajusta (como casi todas las mujeres en la película) el pseudo orden que Sam tiene en su vida de buenudo. Y un poco de ese desbarajuste hormonal que trae Gabi a cuestas y que contagia a todos los que la rodean, ya sea de manera casual o permanente, se trata todo. Ya desde la primera escena, cuando Gabi llega a la terminal adonde su hermano se olvidó de ir a buscarla, el pulso nervioso de la cámara la muestra atravesando la ciudad con sus bártulos. En ese mismo momento Sam está en la casa de su novia recibiendo visitas y actuando de la manera más amable y amorosa con ella. Está siendo al mismo tiempo un mal hermano y un novio adorable, y es quizá ese vaivén entre ser un idiota y ser querible lo  peculiar de Gabi on the roof in july, y de las relaciones entre sus personajes.


Es que estos balbuceadores, que bien podrían agotar con su desnudez y con sus escenas de celos y sus cambios de humor, están filmados con una ligereza y calidez que hace placentero ser testigo de sus idas y vueltas y sus desaventuras. Porque en este universo en el que se cuela de a poco la adultez, todavía se puede resistir y arreglar todo con un picnic en el parque.

Viernes 10 a las 21 y domingo 12 a las 14 en la Sala 2 del Centro Cultural General San Martín, Sarmiento 1551. Entradas $20. Estudiantes y jubilados $12. 


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